La consagración no es lo mucho que uno da de sí mismo al Señor, sino ser aceptado por Dios y recibir el honor de servirlo. Y el fruto de la consagración es la santidad. Levítico 1:2-3
Autor Pastor Pedro Chandia
La consagración no es lo mucho que uno da de sí mismo al Señor, sino ser aceptado por Dios y recibir el honor de servirlo. Y el fruto de la consagración es la santidad. Levítico 1:2-3
Autor Pastor Pedro Chandia