No es suficiente simplemente declarar la dedicación a Dios, debemos vivirlo. Nunca debemos intentar excusar o tolerar nuestros pecados, o estar contentos por continuar en la práctica de ellos. Debemos ser «firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor» (1 Cor. 15:58). ¿Muestra tu vida que eres un cristiano consagrado? Romanos 6:11-14
Autor: Hmno. Enzo Salgado 01 Febrero 2015