El creyente fuerte es el que reconoce cuán débil es realmente. Aún en la oración (que es venir a Dios el Padre en total dependencia) necesitamos reconocer nuestra debilidad (no sabemos cómo orar y no sabemos qué pedir). Pero en medio de nuestra debilidad, tenemos un gran AYUDADOR, es decir, Dios el Espíritu Santo. Romanos 8:26
Autor: Pastor Pedro Chandía O. 02 de Marzo 2014